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sábado, 7 de febrero de 2015

EDUCACIÓN LAICA Y CALIDAD EDUCATIVA..

HOJA ESCRITA.

EDUCACIÓN LAICA Y CALIDAD EDUCATIVA.

El tema de las creencias religiosas como se dijo en la HOJA ESCRITA anterior es espinoso y lo mejor es hacerse el de la vista gorda, pero tal actitud de “tolerancia” es equivalente a indiferencia y ese TODO BIEN,TODO BIEN, no lo conjugamos ni en presente, ni pasado, ni futuro. La razón? Consideramos que lo más preciado que tienen los hombres es su LIBERTAD, pero que esta se violenta desde la escuela, yo diría que es el lugar donde  más se violan los derechos de los niños, todo en la escuela es impuesto, porque los adultos creemos que tenemos toda la autoridad.(¡UF! Sii, como no, veamos el mundo corrupto que le estamos dejando, si es que se lo dejamos). A nombre de DIOS, FAMILIA Y PROPIEDAD se adoctrinan a  nuestros estudiantes violentando su libertad de conciencia, desarrollo de la libre personalidad, igualdad, inclusión y democracia.
Le infundimos en su subconsciente el TEMOR A LA LIBERTAD y a cambio, conductistamente, los “adiestramos” hacia la sumisión y la obediencia.
La convocatoria  de Fernando Savater a su hijo Amador, a los docentes nos atemoriza. “HAZ LO QUE QUIERAS!   y entre líneas agrega” siempre y cuando lo que hagas no te cause daño, ni le haga daño a los demás” . Este es el fundamento de la ética pensar, elegir y actuar con libertad de conciencia. Esa es nuestra misión educar en la autonomía responsable.

  Los docentes en procura de la salvaguarda de los derechos de los Niños, jóvenes y adolescentes nos corresponde como funcionarios públicos desarrollar las clases con un enfoque científico, democrático y ético y así contribuimos a mejorar la calidad educativa con jóvenes de razón, de respeto a las normas ciudadanas y librepensadores sin ataduras supra terrenales sino responsable de sus actos.
La religión es un asunto particular, como lo es el cepillo de dientes, que tienes todo el derecho de profesar, pero la escuela pública no es el escenario para ello.
                                                                                                                                                                     La educación laica es una condición del desarrollo libre de los individuos, pues asegura la libertad de conciencia de todas las personas, tanto la de quienes adoptan alguna religión como la de quienes no lo hacen. Ante el Estado y ante la ley estas personas son iguales.  (cuánta distancia hay con la realidad)
lL
Colombia es un Estado laico Dice la Constitución de 1991: ARTÍCULO 18. Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia.

ARTICULO 19. Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva.

“ESCUELA LAICA En la escuela han de impartirse saberes, no creencias. No es lugar para difundir doctrina religiosa, en ocasiones contraria a derechos fundamentales como la igualdad de género, relaciones afectivo-sexuales, o identidad sexual del individuo. La escuela ha de ser un espacio donde ejercer el derecho a la libertad de conciencia en plena igualdad de condiciones, ha de impartir valores humanistas, científicos y universales, debe ser un lugar donde educar sin dogmas ni verdades únicas ni excluyentes, en el respeto a los derechos humanos, y en valores no sexistas y democráticos, siguiendo el criterio de la racionalidad y el conocimiento científico, lejos del doctrinarismo que se imparte en la asignatura de religión. Las escuelas públicas han de estar libres de cualquier símbolo confesional, para evitar cualquier interferencia en los objetivos educativos de convicciones particulares, religiosas o ideológicas ya que los centros con ideario propio han de financiarse por sus propios medios. Las creencias religiosas forman parte del ámbito privado y de la educación de los padres y madres, la enseñanza confesional ha de mantenerse al margen de la enseñanza obligatoria, y por tanto, es necesario desvincular la religión y la escuela. La educación pública y universal ha de ser respetuosa con las creencias religiosas particulares de cada persona. Por ello ha de mantenerse totalmente al margen de cualquier dogmatismo particular y hacer realidad el respeto debido a la dignidad de todas y cada una de las personas que la integran”.

El laicismo promulga la pluralidad, lo cual implica el respeto a todos y no sólo a un culto.
Debe por tanto mantenerse celosamente la libertad de cultos que implica creer en algo o no creer en nada o, incluso, asumir una posición de escepticismo que es la de mantener dudas sobre el fenómeno religioso.

La educación laica no debe suponer ni la carga antirreligiosa ni la neutralidad. Si bien es clara la separación absoluta entre los contenidos escolares y cualquier culto religioso, no debe negarse a los educandos una elemental y bien graduada información sobre la historia de las religiones y su presencia en el mundo contemporáneo. Ello forma parte de la historia de la cultura y de la geografía humana  actual. La mundialización de los conocimientos que exige nuestra época implica que, se exponga ante los alumnos el mapa religioso, antiguo y actual, y que cada una de esas opciones sea tratada con respeto y objetividad. Significativamente, la mejor prevención contra cualquier visión globalizadora arrasante y avasalladora es el conocimiento de las historias y las razones nacionales y locales, incluidos los cultos y creencias”.

El mundo occidental (el cristianismo en sus distintas tiendas o megatiendas) ha pretendido imponer sus creencias al cercano y lejano oriente y ante lo cual se cree con el derecho de hacer mofa, matoneo, irrespeto a los musulmanes y las consecuencias ya  son elocuentes.
También es pertinente reivindicar el sustrato humanista de la mayoría de las religiones. Encontrar y resaltar los valores comunes en ellas y hoy vigentes es abrir puertas a la comprensión y a la fraternidad.

“En  suma, un laicismo moderno implica afirmaciones más que negaciones, inclusiones más que exclusiones. Pero su base es clara: la educación debe estar fincada, esencialmente, en los resultados del conocimiento científico y en el resguardo de los valores democráticos y éticos que comparte la humanidad”.

En la escuela colombiana no hay respeto por la figura del niño ni del adolescente, ni mucho menos por la Constitución Política de 1991 que en su artículo 19 dice que se respeta la libertad de culto en Colombia y que toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión. Parece que viviéramos en la constitución de 1886 que en su artículo 41 decía que “la educación pública será organizada y dirigida en concordancia con la religión católica”.

QUE LOS DIOSES ME PROTEJAN: NANDO MULETT.