HOJA ESCRITA.
NUEVO RUMBO CIUDADANO.
MAESTROS: ¡INDIGNAOS!
¡Qué bueno sería! que los docentes colombianos (más de 300mil, incluyendo los directivos docentes) nos uniéramos a ese clamor de los INDIGNAOS que recorre a España y Grecia y que tiende inercialmente a extenderse por otros países.
Surge el movimiento de la conciencia colectiva que hace uso del Derecho de Indignarse ante cualquier violación de los Derechos Humanos, de levantarse, de manifestarse pacíficamente y de estar alerta frente a los problemas ecológicos, económicos: Neoliberalismo, los abusos de los bancos, y de la corrupción que nos acecha a nivel institucional, local y nacional; estamos ante un relajamiento moral por la ausencia de Ética personal, profesional e institucional en cuanto al manejo de lo público estimulado por el sector privado que todo lo manosea para su beneficio particular.
Debemos por Ética personal y profesional INDIGNARNOS porque la EDUCACIÖN PÚBLICA , se ha convertido en una mercancía sin control de calidad y en consecuencia nuestra actitud como de Maestros INDIGNAOS debe manifestarse con la organización de un FRENTE POR LA DEFENSA DE LA EDUCACIÖN PÜBLICA, este frente debe pasar por: Una Cultura de la legalidad: desarrollo critico del Estado Social de Derecho, Promoción y cumplimiento de la Ley General de la Educación y su decreto reglamentario el 1860; Democratización de la vida escolar haciendo posible que los gobiernos escolares sean realidades materializadas por la organización y operacionalización de los distintos organismos que lo conforman, en especial el Consejo Directivo que funcione dentro de la legalidad como un órgano colegiado con capacidad para administrar y gestionar lo académico, lo convivencial y lo presupuestal en armonía al decreto 4791 (Fondo de Servicios Educativos).
¡Qué bueno sería! Que los maestros, docentes o profes nos indignásemos cuando en nuestros colegios después de elegir el GOBIERNO ESCOLAR, para el cumplo y miento del rector(a), o de la institución, !percibimos!? o ¡notamos!? que los distintos órganos que lo componen son disfuncionales o se convierten en un comité de aplauso que avala acríticamente el autoritarismo rectoral.
¡Qué bueno sería! Maestros indignaos porque su escuela o colegio lo que más se administra es la tienda escolar, pareciéndose más una tienda con colegio que un colegio con tienda escolar y lo que es peor son negocios entre “conocidos” y por tanto se adjudican sin el lleno de los requisitos exigidos por la ley de contratación. Y más indignación debe darnos cuando sabemos que Contraloría y Personería dan el finiquito o el visto bueno como lo dice el Pibe: ¡Todo bien, todo bien! LOS INDIGNAOS tienen una consigna que dice: ¡alto, esto es un contrato!
¡Qué bueno que hubiese Maestros Indignaos!, cuando vemos que ¿ciertos? Rectores acosan laboralmente a docentes haciéndoles la vida imposible si no se someten a sus caprichos administrativos? O exigencias políticas.
¡Qué bueno sería que hubiésemos Maestros Indignaos, porque los Frentes por la Educación Pública no se hayan podido organizar por la burocracia de nuestro sindicato regional, por la falta de compromiso con las tareas acordadas en Junta nacional de FECODE.
Que los maestros se indignen porque sus directivos sindicales manejan los recursos de sus afiliados como una tienda de familia desordenada.
Maestros Indignaos, porque en los sindicatos no existan Subdirectivas, movimientos pedagógicos y porque los representantes o directivos sindicales tengan doble y triple militancia política. En Bogotá son revolucionarios en los discursos y en las regiones son acólitos del gobierno que tenga el poder no importando su color o ideología política. Tienen mentalidad liquida, se adaptan a la forma del recipiente que los contiene.
¡Qué bueno sería que hubiesen Maestros Indignaos, porque la FECODE conociendo de la burocracia y corrupción sindical de ciertas filiales regionales se haga los de la vista gorda por no perder adeptos y no se tomen medidas al respecto.
¡Qué bueno sería que todos los maestros nos indignásemos cuando algún o algunos colegas faltamos al trabajo sin causa que lo justifique o cuando estamos en el colegio pero no le imprimimos a nuestra labor docente el empeño, el compromiso, el conocimiento y la dinámica pedagógica requerida para hacer del proceso docente-educativo una dinámica ecoproductiva.
La FECODE ha convertido en una consigna agitacional que lanza en todo tiempo y lugar: ¡La Defensa de la Educación Pública! La consigna es buena, buenísima, pero hacerla una realidad política con gente de carne y hueso es colosalmente buena, pero debemos indignarnos los Maestros por cuanto ellos( los directivos de Fecode) deben saber que las condiciones que acumulan fuerza para la concreción de este FRENTE POR LA DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA solo se hace posible si en las Escuelas, Colegios o Instituciones educativas funcionan la democracia escolar, si en ella existen juntas de padres familia, Consejos de padres, Consejos Directivos conocedores y respetuosos de sus derechos como órganos de administración y gestión escolar. Los FRENTES POR LA EDUCACIÓN PÚBLICA serán una realidad política si los sindicatos regionales superan el estado de postración y burocratismo corrupto que padecen por conciencia propia y si la izquierda democrática en todos sus mil una fracción se comprometen en depurar de sus filas a militantes que han visto en el sindicalismo una cheveridad de vida, una embajada para negociar cargos y prerrogativas personales o familiares.
Como hemos podido ver grosso modo, existen múltiples razones para estar indignados y ahora les recuerdo otras que vienen de los indignaos europeos: No somos anti sistema, el sistema es anti nosotros; Dónde está la izquierda?, al fondo de la derecha; esto no es una cuestión de izquierda contra derecha, es de los de abajo contra los de arriba; no falta dinero, sobran ladrones; mis sueños no caben en tus urnas; ¡Manos arriba, esto es un contrato! Error de Sistema, reinicie por favor.
Nuestra tarea como docentes indignaos es echar mano de la pedagogía de la concientización para alertar del peligro moral que atraviesa nuestro país en manos de una clase política depredadora de la vida, de la sociedad, de las buenas costumbres y de una vida digna. ¡Comencemos con nosotros mismos comprometiéndonos con ser Educadores amantes de la vida, la libertad y de la justicia social. ¡Atrévete a empezar ya!
Con la fe positiva y sin la esperanza perdida, atentamente:
HERNANDO ENRIQUE MULETT RODRIGUEZ.
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