HOJA
ESCRITA.
“Las cadenas de la esclavitud solo atan las
manos: es la mente lo que nos hace libre o esclavo”
LA
VULNERACIÓN DE LOS DERECHOS A NUESTROS HIJOS Y ESTUDIANTES POR EL CHOQUE
GENERACIONAL.
El conflicto
que se genera en nuestras instituciones educativas tiene múltiples aristas por
tanto en este espacio sólo quiero referirme a como los adultos, llámese padre,
madre o profesora(a) violentamos los derechos fundamentales de la niños y
adolescentes.
Un conferenciante comenzó su sesión con las siguientes frases:
1. Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educado, no hace caso a
las autoridades y no respeta a los adultos, no se ponen de pie cuando una
persona anciana entra.
2. Nuestra patria no tiene futuro, si la juventud de hoy toma el
poder mañana será una hecatombe porque es irresponsable en todo.
3. Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos no escuchan a sus
padres, el fin del mundo no puede estar lejos.
4. Esta juventud está malograda hasta el fondo de su corazón. Los
jóvenes son malhechores y ociosos, jamás serán como la juventud de antes. La
juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura.
Terminada la
exposición los asistentes se miraban y decían: este señor si sabe y está
actualizado. ¿Saben de quienes son estas frases mencionadas?
La primera es Sócrates (470-399 a. c); la
segunda es de Hesíodo (720 a. c); la tercera es de un sacerdote 2000 años antes
de cristo y la cuarta estaba escrita en un vaso de arcilla en las ruinas de Babilonia
(actual Bagdad y con 4.000 años de existencia.
Como es
fácil deducir, lo que estamos viviendo ya otras generaciones lo vivieron, obvio
con otros escenarios demográficos, otras costumbres y desarrollos económicos y
tecnológicos pero en todas las situaciones los adultos, filósofos y maestros
han pretendido moldear las costumbres de los jóvenes por medio de leyes y
normas morales.
No escapa el
adulto que añore la “urbanidad de Carreño” con la cual se educó a los jóvenes
de la generación del siglo IXX y primeras décadas del XX.
¿La
“Urbanidad de Carreño” será la solución para formar a estas generaciones de
jóvenes ávidos de vida placentera y costumbres y culturas hibridas? Algunos
amigos dicen que si Carreño resucitara, moriría al instante al observar que sus
preceptos no tienen vigencia en los contextos donde han de aplicarse: En el
baño, en el comedor, en la calle, en el salón de clases, en las relaciones
interpersonales entre jóvenes y adultos: papá, mamá, profesor.
Hoy nos
preocupa, al igual que ayer, la suerte de la joven generación en una sociedad
cada día más compleja, más densamente poblada, cada día más pragmática,
utilitaria y hedonista; nos preocupa que exista cada día un desarrollo
tecnológico con celulares inteligentes y hombres alienados, enajenados, y
sujetos sujetados al aparato tecnológico . Es necesario decir y aseverar que la
tecnología nos tiene confiscada nuestras emociones y afectos.
Con el buen
propósito de “educar”, de “formar”
muchos docentes y padres y madres, apoyados en su autoridad legal, que
no legitima en la mayoría de las veces, imponen a los estudiantes e hijos,
gustos y modas que fueron vistas en un mundo que solo existe en las mentes y
recuerdos del adulto y de allí derivan posturas “irrespetuosas e intolerantes
por parte de los menores que ven como sus DERECHOS fueron vilmente conculcados
por los detentadores del poder en nombre de una formación o educación,
desconoce, el adulto, que ese niño o joven estudiante o hijo es SUJETO DE
DERECHOS, que tiene dignidad.
La acción de
desconocer o menospreciar los DDHH siempre se traduce en ataques,
humillaciones, juicios apriorísticos y señalamientos que dañan el buen nombre
del estudiante, injusticias que no hacen posible una sana y respetuosa
convivencia escolar o familiar porque destruyen la paz y cuando ella se va no
es fácil que ella regrese
“El respeto
a los derechos humanos es una obligación
universal y en las escuelas se debe prevenir razonablemente las violaciones;
investigar esas violaciones para sancionar a los responsables de las mismas;
reparar el daño ocasionado y establecer un recurso sencillo para que las
victimas de tales violaciones puedan solicitar y obtener la protección administrativas de esos derechos.” ”.
Muñoz Castrillón , Luis Roberto. El Manual de Convivencia y el Debido Proceso.
¿QUIEN DEBE FIJAR LAS REGLAS DE JUEGO EN LA ESCUELA?
“EL Manual
de Convivencia tiene una naturaleza tripartita, pues de un lado reviste las
características propias de un contrato de adhesión; por el otro, constituye las reglas mínimas de
convivencia escolar, dentro del ámbito de autonomía conferida a los centros
educativos y, finalmente, es también expresión de la participación y el
pluralismo, toda vez que en su diseño concurre toda la comunidad educativa” .
Corte Constitucional. Sentencia T-341 de 2003.
La sentencia
en comentario nos deja claro que no hay espacio para la dictadura y la
imposición de las reglas para la Convivencia civilizada, sino que ellas, las
normas y pautas comportamentales, académicas y sociales deben ser fruto de los
acuerdos, del consenso entre los distintos estamentos que conforman la
institución educativa. Las estructuras mentales autoritarias que quieren niños
obedientes y heterónomos quitan la esencia de la formación basada en la libertad, igualdad y
fraternidad, principios estos que dan origen a los derechos fundamentales de
los ciudadanos de todo el mundo conquistados desde la Revolución Francesa de 1.789.
Los
reglamentos escolares en ninguna circunstancia, modo o lugar pueden ir en
contravía con la Constitución Política de Colombia. Tales como imponer patrones
estéticos excluyentes. Atentar contra el libertad religiosa caso muy recurrente
con los profesores católicos que obligan asistir a los estudiantes a la misa.
La Escuela debe respetar que estamos en un Estado laico y no confesional ni
fundamentalista.
Por lo anterior los
derechos, los deberes, las obligaciones, los estímulos y las sanciones que se
contemplen en el Manual de Convivencia Escolar deben aplicar para todos y cada
uno de los miembros de la comunidad educativa y deben siempre buscar un
propósito pedagógico, educativo y formativo. Este Manual es aceptado al momento
de firmar la matricula. (Ley General de la Educación del 1994, Artículo 87 y
Decreto 1860 de 1994, articulo 17.)
Los maestros, los educadores tenemos que
entender que nuestro reto es enseñar en la libertad, en la autonomía, en principios
éticos que permitan que los educandos, sujetos de derechos, puedan pensar,
elegir y tomar decisiones respecto de tal
o cual norma moral, política, social, cultural o jurídica de tal manera
que no asuman la posición gregaria de ir para donde el grupo va sin saber por
qué lo hace, ni se hagan daño ni se lo hagan a los demás. Olvidemos de hacer
niños sumisos y obedientes, esto va en contravía de la educación como principio
de la liberación de todas las pobrezas materiales y espirituales.
Educar es reconocer
al niño como persona humana y quien busca obediencia deforma la personalidad y
poco o en nada contribuye a la construcción de una democracia que se basa en el
pluralismo, la tolerancia positiva, el respeto por la libertad, dignidad y
autonomía del otro. La democracia se construyen con base al respeto de los DDHH
y el principal derecho es a disentir, a estar en desacuerdo, quien obedece es
un discapacitado intelectual y esa no es misión
de la escuela, colegio o universidad.
La educación de la obediencia oprime, no libera ni hace hombres críticos
y propositivos. La filosofía de la educación debe ser fundamentada en
pedagogías y didácticas liberadoras y no educastradoras.
HERNANDO ENRIQUE MULETT RODRIGUEZ.
hermuro@hotmail.com
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