CONCIENCIA es la capacidad que tienen los individuos de percibirse así mismas en el mundo. La conciencia es el conocimiento reflexivo sobre las cosas.
El término de conciencia social hace referencia a la capacidad de determinados individuos, grupos u organizaciones sociales de percibir aquellas realidades circundantes que requieren atención, de reflexionar sobre ellas y en algunos casos, de actuar para la transformación de las mismas.
Este tema lo traigo a cuento porque para quienes tenemos el compromiso ético de orientar a las nuevas generaciones en un proceso de aprendizaje nos encontramos con la de existencia virtual de muchos de los aprendices, un estado de sueño invernal; una especie de autismo social robótico, quizá porque el capitalismo salvaje., ese que no tiene miramientos éticos, los mantiene excluidos, marginados o desarraigados; quizá por el desarrollo acelerado de la tecnología que los hace usuarios inconscientes de cuanto aparato salga al mercado, los educandos son convertidos en esta dinámica en un objeto y no al revés; los celulares tienen al usuario y no estos al celular ni al computador y todos los avances de la informática y las telecomunicaciones han creado una alienación mental una renuncia de sí mismos(as). La competencia en tecnología se queda en el mero hacer, sin llegar a saber y mucho menos aplicarlo con conocimiento de causa. La inconsciencia en la cual se encuentra subsumido o marginado el individuo es deplorable, individuo, porque la sociedad tecnológica capitalista eso viene creando, egocentrismo y aislamiento social, aún en la multitud. Y porque para la nueva generación, la sociedad, también es una sombra virtual y un mercado en el cual se vende al precio que imponga la oferta y la demanda y esto ocurre sin diferencias entre una mercancía tangible y los afectos de amor, amistad….
Los docentes, maestros por convicción ética, nos toca tener consciencia social de formular y desarrollar una pedagogía de la concientización que puede materializarse en una didáctica de orientar al educando en un proceso de identificación personal, de identificación con su pasado y presente como constructor de su futuro; presente -futuro sujeto a un mar de incertidumbres.
Los docentes (incluyo Rectores y Coordinadores) han de aprender a aprender, a tomar conciencia de su oficio, de su profesión, de su misión social, de potencializadores de ciudadanos éticos, es decir, de formar jóvenes con capacidad de asumir compromisos consigo mismo y con la sociedad; jóvenes capaces de tomar decisiones en forma autónoma, critico-sociales y con una moral pública venida de su experiencia, de su razón, de sus emociones, es decir constructor y decontructor de valores.
Se trata que nuestro alumno se identifique quién es como ciudadano, quién es como sujeto político, quién es como ser biológico que piensa y como ser pensante que es biológico; Es tarea nuestra que sienta que la vida es un camino por recorrer y que cada paso es una meta y un fin, en el sin fin que busca la felicidad deseada; que sienta que pertenece a un pueblo que lo necesita y que el necesita a ese pueblo; que pertenece a una cultura con idiosincrasia que lo hace idéntico porque lo diferencia de los demás; debemos hacer posible que nuestro dicente logre pellizcarse para que resuelva los problemas que a diario se le presentan en las distintas circunstancias de la vida; debemos presentarle opciones para que sienta la alegría, la tristeza, el amor, el desamor, la compañía, la soledad, la abundancia, la escases todo porque somos una sociedad sentimental en donde la razón y la experiencia se pierden ante un laberinto cuando la emoción hace desequilibrar la balanza de ser racional a secas.
Para que lo anterior ocurra, los docentes estamos obligados a aprender a aprender de la pedagogía de la conciencia, sino somos conscientes de qué enseñamos, cómo lo hacemos, para quien lo hacemos, a quién servimos en nuestra labor pedagógica, entonces estamos perdidos y siendo un instrumento ciego del látigo que nos flagela; Si el docente no es consciente que la pedagogía es una acción política, que es una acción liberadora u opresora de acuerdo al enfoque ideo político que le des a tus clases. Si eres una esponja que recibes e ingieres todas las recetas de propuestas pedagógicas, didácticas, disciplinarias impuestas desde el autoritarismo, sin beneficio de inventario o sin digerir, entonces nuevamente estás en el eterno retorno de lo mismo, “sería el eterno retorno de la esclavitud y la estupidez” . F Nietzche. La solución de todo tiene un solo nombre: voluntad de poder; poder de ser consciente que eres un intelectual en formación permanente; poder para salir del enajenamiento mental producto del sometimiento y la obediencia como se dice entre los militares: “la obediencia debida”. En lugar de la obediencia debida recurramos a la objeción de conciencia, al debate de las ideas pedagógicas, disciplinarias y a la toma de decisiones por consensos, de esta manera se construye institucionalidad en la tolerancia de la justicia, en la libertad con autonomía y responsabilidad. Por qué temer a estos procedimientos claves de la sana y armónica convivencia? “Solo los socavadores de la voluntad de poder, sacerdotes…tarántulas y, en fin, todos aquellos que sienten aversión por la vida. Todos los poseídos por la sed de venganza. Son ellos los causantes del desastre y contra ellos ha de erguirse el pensamiento liberador” F. Nietzsche.
En este proceso de concientización la escuela y los maestros estamos en desventaja, aún con la compañía de los padres de familia, porque los medios masivos de información: TV e Internet se encargan de manipular tanto la benevolencia, la ingenuidad, la curiosidad y la hiperactividad juvenil de nuestros educandos o hijos; la TV por ejemplo inocula los valores de la sociedad capitalista: egoísmo, hipocresía, corrupción, deshonestidad, homosexualismo, lesbianismo, narcotráfico. Estos valores capitalistas se llaman antivalores porque se supone que aún quedan reservas o referentes morales en muchos soñadores que aún creen en un mundo mejor; El mundo de la utopía posible se hará realidad si concientizamos y nos concientizamos en transformar las instituciones como estrategias para transformar a los individuos en seres dotados de autonomía en la vida social, cognitiva y política.
Es la utopía posible, a la que le ponen palos a la rueda quienes le apuestan al totalitarismo, a la sumisión, al chantaje contra el débil e indefenso; estos personajes haciéndose de un camuflaje y de una ambivalencia o bipolaridad en su personalidad le hacen trampa a la legalidad, a la moralidad pública y a los procesos de formación en la pulcritud y en la transparencia. La praxis social de estos depredadores de semejantes solo nos recuerda las barbaries de Hitler, Mussolini, Fujimori, Pinochet, Idi Amín el caníbal de Uganda.
La concientización, reitero, es también una pedagogía del ejemplo porque nos permite reflexionar sobre nosotros mismos para poder orientar los procesos sociales que lideramos.
Con conciencia de vida plena se aprende con interés y esta crea necesidades que autoconstruyen la autonomía para el uso de la libertad responsable.
LOS INVITO A REFLEXIONAR EL PRESENTE POEMA DE BERTOLT BRECHT Y… ¡DESPIERTA!
Primero se llevaron a los comunistas, pero a mi no me importó porque yo no lo era; enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era, después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista; luego apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me Importó; ahora me llevan a mí, pero ya es demasiado tarde. Bertolt Brecht, poeta y dramaturgo alemán (1898-1956)
Seamos solidarios con nuestros semejantes, la vida es cíclica, lo que hoy está arriba, mañana puede estar abajo, quien hoy tiene la oportunidad de dirigir mañana puede ser dirigido y así, tal como dice la sabiduría popular: “hoy por ti y mañana por mí”.
Pero a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Este texto atribuido a Bertolt Brecht, realmente pertenece al pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892–1984), es parte de un sermón dado por él en la Semana Santa de 1946 y dice así:
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.
Seamos solidarios con nuestros semejantes, la vida es cíclica, lo que hoy está arriba, mañana puede estar abajo, quien hoy tiene la oportunidad de dirigir mañana puede ser dirigido y así, tal como dice la sabiduría popular: “hoy por ti y mañana por mí”.
Pero a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Este texto atribuido a Bertolt Brecht, realmente pertenece al pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892–1984), es parte de un sermón dado por él en la Semana Santa de 1946 y dice así:
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.
“La dignidad no consiste en nuestros honores sino en el reconocimiento de merecer lo que tenemos” Aristóteles
HERNANDO ENRIQUE MULETT RODRIGUEZ
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